Un nuevo informe, en torno a cómo la minería de Bitcoin podría estar causando afectaciones ambientales ha despertado polémica, luego de que EWG (Environmental Working Group) publicará sobre las consecuencias de esta actividad para el planeta.
EWG es una organización sin fines de lucro que se dedica a la investigación y divulgación de información sobre los efectos de los químicos tóxicos en la salud humana y el medio ambiente. Su misión es utilizar la investigación y la educación para promover políticas que protejan la salud pública y el medio ambiente.
Dicho informe destaca seis estudios de caso que detallan cómo el proceso de minería de criptomonedas conocido como “prueba de trabajo” puede crear contaminación del aire, el clima, el agua, los desechos y el ruido para aquellos que viven cerca.
EWG describe cómo algunas minas de bitcoin confían en la resurrección de plantas de energía de combustibles fósiles inactivas, mientras que otras encuentran fuentes de combustible altamente contaminantes y de bajo costo.
Además, estas minas de bitcoin generan miles de toneladas métricas de dióxido de carbono, lo que contribuye al cambio climático y afirma que la comunidad de bitcoin está llena de innovadores que han cambiado su código antes y que lo pueden hacer ahora para mitigar el impacto ambiental.
El informe critica que Goldman Sachs, JP Morgan y Fidelity tienen compromisos climáticos, pero invierten y ofrecen servicios de administración y comercio de criptomonedas que causan más daños que beneficios a los estadounidenses promedio.
Según EWG los grandes bancos y fondos de inversión de Wall Street están aprovechando las criptomonedas para invertir en una industria no regulada que contribuye activamente a la crisis climática y daña a las comunidades locales.
A pesar de sus raíces antisistema, Bitcoin ahora es el favorito de los grandes jugadores financieros, y su insaciable necesidad de energía está llevando a la industria a revivir las centrales eléctricas de carbón cerradas y quemar residuos de carbón demasiado sucios para venderlos. Las operaciones mineras de Bitcoin también están arraigando en pequeñas comunidades rurales, lo que causa molestias y desesperación a los residentes cercanos. A pesar de la oposición en casi todos los lugares donde se extrae Bitcoin, los banqueros de Wall Street y otros grandes patrocinadores financieros continúan invirtiendo en esta industria.
¿Qué se puede hacer?
El informe de la Oficina de Política Científica y Tecnológica de la Casa Blanca recomienda que las agencias federales tomen medidas para evaluar estos impactos y sugiere que el Congreso considere la legislación para limitar o eliminar el uso de métodos de minería de criptomonedas que consumen mucha energía si las medidas actuales no son suficientes para reducir los impactos climáticos. Además, se necesitan iniciativas regulatorias, legislativas o voluntarias para identificar enfoques menos dañinos que retengan los beneficios potenciales de la tecnología blockchain, como la prueba de participación o algún método aún no descubierto que haga que Bitcoin sea eficiente y respetuoso con el medio ambiente.
Desarrolladores defienden la minería
Desarrolladores de Bitcoin no están interesados en cambiar el protocolo existente, y argumentan que los costos energéticos de la minería son necesarios para la seguridad y la integridad de la red. El CEO de Blockstream, Adam Back, es uno de ellos, y ha argumentado que la extracción de Bitcoin es similar a la extracción de oro, en el sentido de que ambos son costosos pero necesarios para respaldar un activo sólido y resistente a la inflación.
En cuanto a la contaminación acústica de Blockstream, la minería de Bitcoin puede generar ruido debido al zumbido constante de los equipos, que funcionan las 24 horas del día. Sin embargo, se han implementado medidas para reducir el impacto acústico de sus operaciones, como la ubicación de sus instalaciones en áreas remotas o el uso de tecnologías de enfriamiento más silenciosas.
Además el desarrollador de Bitcoin, Luke Dash Jr., cuestiona la afirmación de que Bitcoin es una fuente de daño ambiental y argumenta que el sistema de moneda fiduciaria es mucho más perjudicial para el medio ambiente. Él cree que la prueba de trabajo (PoW) en realidad es buena para el medio ambiente porque hace que la energía limpia, como la solar, sea viable por sí misma. Además, calificó la prueba de participación (PoS) como una “estafa”, citando un ensayo de 2015 que describe el sistema como “inviable”.