Luego de meses de idas y vueltas, problemas fiscales e incertidumbre, finalmente la compra de Twitter por parte de Elon Musk ya se concretó por el acuerdo original por 44.000 millones de dólares.
La operación se alargó por meses desde que se lanzó la primera oferta a finales de abril. Luego de estos, el multimillonario trató de revertir el acuerdo de manera unilateral a principios de julio, acusando a la empresa de haberle mentido, pero el consejo de administración de la red social llevó el asunto ante los tribunales.
A lo largo de esta semana se fueron multiplicando las señales del cierre del acuerdo. Por ejemplo, el miércoles el magnate visitó las instalaciones de la red social para encontrarse con el personal. Lo bizarro del asunto fue que Musk llegó con un lavabo en las manos. También, Musk, se cambió la descripción de su perfil de Twitter a “Chief Twit”.
Acto seguido, decidió despedir a altos directivos de la compañía. Ha tomado la determinación de expulsar del equipo de Twitter al consejero delegado, Parag Agrawal; al director financiero, Ned Segal; a la responsable jurídica, Vijaya Gadde, y al secretario general, Sean Edgett, que han dejado la sede de la compañía para no volver.
Ya no hay vuelta atrás a la operación, “el pájaro ya esta liberado”, ha tuiteado el magnate.
Con el inicio de esta nueva era, el magnate ahora buscará combatir el spam y los bots, publicar el algoritmo, readmitir a los expulsados de la red, aplicar una política de moderación de contenidos más flexible y fomentar los servicios de suscripción de pago.
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