El ministerio británico de Economía y el Banco de Inglaterra han abierto un periodo de consultas entre empresas y ciudadanos hasta el 7 de junio para decidir si se introduce en el Reino Unido una libra esterlina digital y determinar cómo funcionará, han informado este lunes en un comunicado.
En la nota, precisan que la decisión sobre si crear una “moneda digital del banco central” (CBDC, en inglés) se tomará a mediados de esta década -con su posible introducción a finales de la misma- y en ningún caso sustituirá el dinero físico y el efectivo.
Esta potencial moneda, que podría adoptar el nombre de Britcoin u otro, sería “intercambiable con efectivo” y tendrían el mismo valor económico.
Según precisan las autoridades, la infraestructura de esta moneda digital funcionaría para hacer pagos a través de aplicaciones o billeteras digitales en móviles u ordenadores (desarrolladas por el sector privado) pero no para ahorrar, pues no se adquieren intereses.
De igual forma, la libra esterlina, busca ser de fácil uso y adopción, por parte de las poblaciones mayores.
La creación de esta moneda es un proceso que se inició ya en 2020, ante la aparición de nuevas tecnologías financieras y formas de pago en el mundo, a fin de asegurarse de que el público tenga acceso a una moneda digital “segura” y “cómoda”.
El ministerio y el banco central recuerdan que China, Estados Unidos y la zona euro también se plantean introducir versiones digitales de sus monedas. El comunicado difundido este lunes, al que seguirán varios documentos explicativos el martes, indica que, al principio, habría restricciones en el Reino Unido sobre la cantidad de moneda digital que podrían acumular los individuos y las empresas.
“Aunque el efectivo no se va a ninguna parte, una libra digital emitida y respaldada por el Banco de Inglaterra podría ser una nueva forma de pago confiable, accesible y fácil de usar”,
declara en la nota el ministro de Economía, Jeremy Hunt.
Por su parte, Andrew Bailey, gobernador del Banco de Inglaterra afirma que “una libra digital proporciona una nueva forma de pagar, ayudaría a las empresas, mantendría la confianza en el dinero y protegería mejor la estabilidad financiera”
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