Un nuevo concepto está ganando terreno en Silicon Valley: el ‘founder mode’. Este término, acuñado por Brian Chesky, cofundador de Airbnb, y popularizado por Paul Graham, cofundador de Y Combinator, propone que los fundadores de startups mantengan una presencia activa y control sobre sus empresas, incluso durante su expansión. En lugar de delegar en gerentes externos, se plantea que los fundadores mantengan el liderazgo para evitar perder la visión original y el impulso innovador que dio origen a la empresa.
¿Por qué es importante el ‘founder mode’?
El ‘founder mode’ pone en tela de juicio la idea de que los líderes deben dar un paso atrás a medida que sus empresas crecen. Esta tendencia se enfoca en la necesidad de que los fundadores sigan siendo el motor central de la empresa, especialmente en tiempos de incertidumbre financiera, como el actual, donde el capital de riesgo ha disminuido y la promesa de un crecimiento sin resultados tangibles ya no es suficiente.
Ejemplos de CEOs en ‘founder mode’
El concepto ya tiene ejemplos claros en figuras como Elon Musk (Tesla y SpaceX), Jensen Huang (NVIDIA), y Mark Zuckerberg (Meta). Todos ellos se han mantenido al frente de sus empresas, liderando decisiones críticas y manteniendo la innovación en el centro de sus estrategias. Este enfoque contrasta con el liderazgo de Satya Nadella en Microsoft, quien, aunque no es fundador, ha sido reconocido por transformar la cultura corporativa con un estilo gerencial más tradicional.
Pros y contras del ‘founder mode’
El ‘founder mode’ tiene claras ventajas, como una visión consistente y un liderazgo apasionado. Sin embargo, también presenta desafíos, como el riesgo de crear cuellos de botella en la toma de decisiones, el posible agotamiento del fundador, y dificultades para atraer talento que busque mayor autonomía.
