La semana pasada, la comunidad XRP celebró un hito significativo cuando la juez Analisa Torres emitió su veredicto en la prolongada batalla legal de cuatro años entre Ripple Labs y la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC). El fallo determinó que Ripple debería haber registrado sus ventas de XRP a inversores sofisticados como valores, resultando en una multa de 125 millones de dolares. Sin embargo, en una victoria crucial para Ripple, la juez dictaminó que XRP en sí mismo no es un valor, lo que impulsó el precio del token.
Stuart Alderoty, director jurídico de Ripple, describió la sentencia como un triunfo histórico tanto para la empresa como para el sector cripto en general. En una entrevista con CNBC, Alderoty destacó que la SEC, bajo la dirección de Gary Gensler, ha mantenido una postura agresiva contra las criptomonedas, aunque fue el ex presidente Jay Clayton quien inicialmente presentó el caso contra Ripple.
El fallo de la juez Torres es un hito importante, ya que refuerza la distinción entre un activo y la forma en que se comercializa. Según la sentencia, un activo como el XRP no puede considerarse un valor en sí mismo. No obstante, si una empresa lo empaqueta como un valor, podría incurrir en violaciones de la ley de valores, como sucedió con Ripple en ventas históricas realizadas desde 2015.
Ripple, que tiene 30 días para pagar la multa, espera ahora dejar atrás el conflicto judicial y centrarse en el crecimiento de su negocio. Alderoty también expresó la esperanza de que la administración Biden pueda utilizar este fallo para replantear su enfoque hacia las criptomonedas, aprovechando su potencial para impulsar la economía estadounidense.
Actualmente, el precio del XRP se mantiene en $0.5744, mostrando estabilidad tras el repunte generado por la sentencia.