Bélgica impone duras medidas contra la publicidad cripto. En paralelo, youtubers que promocionaron FTX son demandados en Estados Unidos.
Una de las formas de llegar a las criptomonedas, cuando se sabe poco o nada de ellas, es a través de la publicidad. Similar a lo que ocurre con cualquier servicio o producto, los proyectos cripto utilizan canales de comunicación como la televisión, las redes sociales y acuerdos con empresas de todo tipo.
En general, estas publicidades destacan las ventajas de los activos digitales y la tecnología blockchain. Ignorando así, la mayoría de veces, los riesgos que hay detrás de la inversión. Pues si bien es cierto que las criptomonedas son instrumentos financieros que permiten conseguir grandes ganancias en poco tiempo, lo mismo ocurre en cuanto a las pérdidas.
En este contexto, desde el 17 de marzo la Autoridad de Servicios y Mercados Financieros (FSMA) de Bélgica impone nuevas medidas para promocionar las criptomonedas en el país, las cuales exigen que el mensaje publicitario sea preciso, no engañoso y que deben contener información clara sobre los riesgos.

Además, las campañas masivas, cuyo público objetivo sea mayor a 25.000 personas, deben ser informadas a la FSMA. Jean-Paul Servais, Presidente de la autoridad belga, comentó que “algunos consumidores quieren ganar dinero rápidamente comerciando con monedas virtuales. Esto conlleva grandes riesgos. Para proteger mejor a los consumidores, la FSMA acelera el ritmo en materia de supervisión y educación financiera”.
Esto ocurre al mismo tiempo que youtubers con millones de seguidores como Graham Stephan, Andrei Jikh y Jaspreet Singh son demandados por promocionar al exchange FTX. Esto se debe a que, según la Comisión Federal de Comercio (FTC), los influencers deben informar de manera clara cuando realizan promociones pagadas.
¿Cómo reducir los riesgos y no caer en el FOMO?
Aunque esta medida para muchos puede ser excesiva, es innegable que Internet está plagado de información y publicidad tendenciosa. Por eso, si los inversionistas no son capaces de filtrar el contenido sensacionalista, es probable que pierdan su capital.
Por ejemplo, en la gran mayoría de casos en que veas a un influencer o a un youtuber hablando sobre un nuevo proyecto cripto, que según él revolucionará completamente el ecosistema, lo más probable es que sea publicidad pagada. Si esto es así, hay grandes posibilidades de estar frente a un scam o rugpull.
Ahora, para poder identificar una estafa, es necesario realizar una investigación. Antes de invertir en cualquier criptomoneda, lo ideal es revisar el sitio web del proyecto, leer su whitepaper, conocer el equipo de trabajo que hay detrás, revisar sus primeros inversionistas y estudiar el precio del token en sitios como CoinGecko o CoinMarketCap, además de su tokenomics.
Todo este proceso de investigación previa nos permitirá reducir nuestro FOMO (Fear of missing out) y tomar una decisión en base a datos y no por la recomendación pagada de un comunicador. Lamentablemente, las bancarrotas de FTX, Celsius y Terra (LUNA) en el 2022, son un recordatorio de que en este ecosistema aún existen grandes riesgos.