El 2022 se puede definir como un año atípico para la industria de las criptomonedas. La caída del mercado y sus principales cripto han congelado el crecimiento de la industria, que durante el 2021 fue explosivo y acelerado.
Ahora, el escenario es gélido, las criptomonedas están en medio de lo que es el segundo criptoinvierno en la historia de esta joven innovación.
Con la caída de FTX, los vientos de crisis vuelven a golpear con fuerza al mercado y arrastran todo a su paso. El desplome del Exchange puede ser catalogada como la tragedia más dramática de todo este año. No obstante, no es la primera ni única que se ha dado en lo corrido de este 2022. La lista es larga y preocupante.
Un golpe a la confianza
El primer golpe que marcaría el camino de lo que serían los meses posteriores para la industria fue la caída de Luna, proyecto que en su momento era la gran promesa de las criptomonedas.
Su propuesta era novedosa y fresca; consistía en una ‘stablecoin’ algorítmica sustentada bajo un protocolo colaborativo. Terra y Luna, eran dos criptomonedas hermanas, dependientes una de la otra para mantener estable su emisión y más importante, su precio.
Mientras más se adquieren Terra, más se quemaban Luna, de esta forma se mantenía una emisión estable de la criptomoneda (Luna), que a la vez, estabilizaba su precio.
Además, el líder del proyecto, Do Kwon, era un personaje carismático, seguro, egocéntrico y soberbio, que transmitía seguridad a los inversionistas. Su idea de qué Terra era un mejor sistema financiero digital por fuera de las entidades financieras y fintechs era absorbido por muchos. La idea de Do Kwon era innovadora, incluso para que compañías como Binance, en cabeza de CZ, invirtieran en el proyecto.
Sin embargo, el algoritmo de Do Kwon se encontraba bajo la lupa. Su viabilidad era cuestionada y su vulnerabilidad era palpable.
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Los temores se hicieron realidad a mediados de mayo, cuando el ecosistema se desplomó.
Abruptamente Terra, la stablecoin del ecosistema, se desvinculó de su paridad con el dólar. Su valor empezó a bajar progresivamente y la ‘stablecoin’ se vio inmersa en una venta masiva que llevó a su cripto hermana, Luna, a emitirse sin control. La alta oferta de la criptomoneda, de igual manera, llevó a un desplome en su precio. En cuestión de días, Luna había perdido más del 90% de su valor.
Las consecuencias fueron agudas, la confianza hacia el sector cripto se vio afectada, la Fe frente al futuro de la industria se puso en duda y empresas asociadas vieron disminuidos sus activos financieros.
Actualmente, la novela de Terra no ha acabado del todo. Su creador, Do Kwon, es blanco de críticas y es acusado de orquestar todo un fraude alrededor de su ecosistema. La Interpol y autoridades de Corea del Sur se encuentran en su búsqueda. Pasó de ser una de las personalidades más célebres del sector a un prófugo de la justicia.
3AC: El virus del mercado
Como un efecto dominó, la caída de Terra empezó a derrumbar ficha tras ficha del sector. Terra no solo dejó en evidencia la vulnerabilidad del protocolo desarrollado por Do Kwon, sino que también expuso las debilidades de un mercado sobrevalorado e inflado de expectativas durante el 2021, pero, sin cimientos sólidos para hacer frente a las tragedias.
3AC, un fondo de cobertura cripto, que tenía bajo su gestión más de 10 mil millones de dólares en activos empezó a mostrar signos de deterioro. Los movimientos realizados por sus ejecutivos prendieron las alarmas de los inversores. Algo no andaba bien en la compañía.
De un momento a otro, 3AC empezó a adelantar una venta masiva de stETH que tenían en sus reservas, esta es una criptomoneda estable emparejada con ETH.
Los rumores de que 3AC se veía en la obligación de vender sus activos para solventar algunas deudas empezaron a circular.
La estrecha relación que el fondo mantenía con múltiples empresas del mercado transmitió como un virus sus síntomas de insolvencia, y diversas compañías se vieron afectadas directamente. Sumado a esto, implantó aún más el espectro de pánico y desconfianza en el mercado.
Voyager Digital, Finblox, Deribit y una larga lista de compañías cripto empezaron a mostrar signos de insolvencia a raíz de su relación con el fondo, que también prestaba servicios de tesorería a múltiples empresas del mercado.
Finblox, que es una plataforma de staking y de obtención de rendimientos que prometía “hasta un 90% de rendimiento anual” en los depósitos de los clientes, a través de un comunicado informó que pasaría las distribuciones de recompensas, actualizando los límites de retirada y deshabilitando la creación de nuevas wallets de criptomonedas hasta nuevo aviso.
En marzo, Three Arrows había estado trabajando con la compañía, en una ronda estratégica de 3,9 millones de dólares.
“Hemos estado cooperando con más de 8 socios y protocolos, incluyendo 3AC, para generar rendimientos y distribuir el riesgo de la manera más uniforme posible”
escribió en su momento Finblox.
De manera similar sucedió con Voyager Digital. El broker, a través de un comunicado, informaba que parte de sus activos se encontraban dentro de los fondos de 3AC y que no habían sido pagados por parte del fondo de inversión cripto.
En el comunicado la compañía daba balances preocupantes. Bajo la gestión de 3AC se encontraban en total unos 658 millones de dólares distribuidos en varias criptomonedas.
A raíz de esta exposición, las acciones de Voyager se desplomaron durante mediados de junio y sus finanzas se resintieron. El destino de Voyager fue trágico, la compañía por desgracia se vio en la obligación de declararse en Bancarrota para someterse a un largo proceso de reestructuración.
La cadena de sucesos desafortunados siguió en curso, y para julio de este año, Celsius Network, otro importante fondo de criptomonedas se declaraba en bancarrota, la compañía de origen estadounidense aseguraba ser una de las víctimas de la caída de 3AC.
La caída de Celsius significó la caída de otro gigante, con duras consecuencias para la industria. En su momento cúspide, Celsius se posicionó como uno de los prestamistas cripto más grandes del mercado con más de 100.000 acreedores, entre clientes y otras instituciones financieras cripto y con más 8.000 millones de dólares en préstamos a clientes, y casi 12.000 millones de dólares en activos.
Bajo gestión hasta mayo, Celsius dijo que tenía 1,7 millones de clientes en junio y que competía con sus cuentas que devengan intereses y rendimientos de hasta el 17%.
En un comunicado Alex Mashinsky, cofundador y consejero delegado de Celsius, dijo “Esta es la decisión correcta para nuestra comunidad y nuestra empresa”
”Estoy seguro de que cuando miremos atrás en la historia de Celsius, veremos esto como un momento decisivo, en el que actuar con determinación y confianza sirvió a la comunidad y fortaleció el futuro de la empresa”
agregó