3AC, un fondo de cobertura cripto fundado en el 2012 y con sede en Singapur, fue una de las ‘manzanas podridas’ de la industria de las criptomonedas en este 2022.
Volviendo al inicio, desde su fundación, Three Arrows Capital (3AC), se caracterizó por ser una compañía agresiva con sus inversiones, a veces considerada al borde de la imprudencia. El fondo logró tener en su mejor momento hasta $10 mil millones en activos bajo administración. Las ganancias en 2021, cuando el mercado alcanzó sus máximos, recompensaron las decisiones audaces de los dos fundadores.
Pero tan pronto como los mercados comenzaron a retroceder, el fondo comenzó a mostrar sus primeras grietas, debido en parte a una exposición a la deuda que en general se consideraba excesiva.
Luego de la caída de Terra, y de que la industria cripto empezará a vivir realmente una caída abrupta de sus activos. Muchos ya hablaban de la posible insolvencia de 3AC, su destino estaba marcado, la bancarrota acechaba a la compañía.
En medio de esto, el excéntrico fundador de la compañía buscaba transmitir la calma, con esta comprometida situación por delante. En junio, después de la quiebra de Terra, escribió tuits instando a la confianza en Bitcoin y en el mercado en general, pero evidentemente eran intentos desesperados de ocultar la grave situación en la que se encontraba su fondo.
De esta forma, llegó la crisis, para finales de junio, 3AC empezó a realizar una venta masiva de stETH, una stablecoin anclada al valor de Ethereum. Three Arrows Capital, figuraba como uno de los mayores tenedores de la criptomoneda. En una semana, 3AC realizó ventas acumuladas del activo por 40 millones de dólares, de manera progresiva y constante fue deshaciéndose de sus reservas.
Muchos aseguraban, que esta campaña de venta no tenía otro motivo que la crisis. Los rumores de que 3AC vendía estos activos para lograr suplir su gran número de deudas se transmitían con rapidez.
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El virus del mercado
La caída de 3AC no solo afectó a la compañía, su desplome trajo consecuencias a una larga lista de empresas del sector. La industria de las criptomonedas ahora tenía sus propia epidemia con Three Arrows Capital.
Un documento reveló que 3AC poseía deudas acumuladas por 3.500 millones de dólares a una lista de más de 1.000 compañías cripto. Entre esta lista, figuran grandes nombres como Gemini o Voyager Digital, la última mencionada, también fue otra víctima del criptoinvierno y culpo su exposición a 3AC como uno de los principales motivos de su bancarrota.
En un comunicado, Voyager especificaba que 3AC tenia bajo su gestión 15.250 BTC, unos 308.319.989,65 millones de dólares al momento de realizar esa revelación, y 350 millones de la ‘stablecoin’ USDC. En total había unos 658 millones de dólares involucrados.
La deuda de 3AC era tan grande, en parte a los servicios de tesorería que prestaba la compañía a otras empresas del sector, entonces, todos los activos que tenía bajo su gestión estaban dilapidados. Era muy poco probable que los acreedores de la compañía recuperarán su dinero en algún momento.
Finalmente, 3AC quedó en el olvido, la compañía se declaró en bancarrota y sus fundadores Zhu Su y Kyle Davies se encuentran entre las sombras, escondidos y sin prestar mucha colaboración a los liquidadores del fondo de cobertura que buscan reparar a los miles de inversionistas que confiaron en la compañía.
En noviembre, los abogados de los liquidadores denunciaron un descuido y poca comunicación de parte de los fundadores del fondo de cobertura.
“Se acordó un protocolo de comunicación entre los liquidadores y los fundadores, pero no ha dado lugar a una cooperación satisfactoria”
denunciaban los liquidadores de 3AC ante el tribunal de quiebras de Nueva York.