En un rincón de Colombia, en las afueras de Tunja, la empresa Tierra Viva ha estado trabajando en el negocio de la exportación de escarabajos desde 2010.
Además de ser apreciados como mascotas y amuletos, estos escarabajos desempeñan un papel crucial en la producción de abono orgánico de alta calidad. Debido a esto, Tierra Viva ha establecido una capacidad de producción de al menos 300 ejemplares de escarabajos al mes, muchos de los cuales se exportan a Tokio.
Sin embargo, lo que hace que Tierra Viva destaque aún más en el panorama internacional es su adopción de la tecnología blockchain y su propia criptomoneda, Kmushi-coin.
Esta moneda digital permite transacciones más eficientes y seguras entre Japón y Colombia, evitando intermediarios bancarios y acelerando la recepción de pagos, por lo que esta iniciativa surgió en 2019 como una respuesta a las altas comisiones asociadas con las ventas internacionales.
Carmelo Campos, el programador venezolano detrás del desarrollo de Kmushi-coin, señaló que utilizar la blockchain les permite saltarse “el tema de tantas comisiones que quitan los intermediarios bancarios, una forma mucho más inmediata, más segura de recibir el dinero”.
“Cuando la gente quiere aprender que es Kmushi-coin y lo quiere aprender de verdad, entiende que también hay un proyecto más allá de Kmushi-coin que hay un proyecto que es Tierra Viva”.
Gracias a la blockchain y las criptomonedas, esta empresa colombiana puede vender su sustrato biológico de manera directa, rápida y sencilla.