El Jefe de la ONU, Sr. Slotri Antonio Guterres, ha levantado bandera roja ante los informes que sugieren que Israel está considerando el uso de inteligencia artificial (IA) para espiar objetivos en Gaza. La noticia, divulgada por la revista israelí +972, no solo saca a la luz este controvertido plan, sino que también plantea cuestiones cruciales sobre la participación de la IA en las guerras modernas.
Inicialmente, la preocupación de la ONU se centró en el despliegue deliberado de IA por parte del ejército israelí para bombardear zonas civiles y pobladas. El Secretario General advirtió sobre los peligros inherentes cuando las decisiones cruciales se confían a algoritmos, especialmente cuando estas decisiones afectan profundamente la vida de civiles inocentes. Este comentario destaca una creciente inquietud global sobre los aspectos éticos y legales del uso de la IA en zonas de conflicto, haciendo hincapié en la responsabilidad y la seguridad de los combatientes.
El artículo de +972 reveló que estas tecnologías de IA estaban siendo utilizadas en la franja de Gaza, con una participación humana mínima en la toma de decisiones sobre los objetivos. Decisiones que, en algunos casos, se tomaban en cuestión de segundos, con una evaluación de IA que permitía actuar sobre un objetivo en tan solo 20 segundos. Esta rápida respuesta, según informes, ha llevado a una política de objetivos que deja poco margen para la intervención humana y una supuesta flexibilidad en cuanto a los daños colaterales.
Israel ha admitido una serie de errores que resultaron en la trágica muerte de siete trabajadores humanitarios, confundiéndolos con combatientes de Hamás. Estos reconocimientos destacan las catástrofes causadas por la guerra tecnológica y subrayan la necesidad de una supervisión y rendición de cuentas rigurosas en el uso de IA en zonas de conflicto.
La integración de la IA en las estrategias militares representa un cambio significativo en la conducta y regulación de las guerras. Si bien la precisión y la eficiencia son ventajas evidentes, las preocupaciones éticas, legales y humanitarias son complejas y divisivas. El caso de Gaza ilustra estos dilemas, desde el avance tecnológico hasta el equilibrio entre la protección civil, la diligencia humana y las exigencias de la guerra.
