Con la llegada de los computadores, hemos asistido a la revolución de los videojuegos; una industria que ha conseguido superar a la cinematográfica. Entre otras muchas cosas, ofrece una inmersión superior, la posibilidad de contar historias más largas y jugar en equipo.
La vida de un individuo puede interpretarse de diferentes maneras. Por ejemplo, La Odisea de Homero presenta el desarrollo personal como un viaje, ya que narra las aventuras de Odiseo, el rey de Ítaca, que se convirtió en uno de los héroes griegos más importantes. Antes que Homero, el poema de Gilgamesh también difundió aspectos similares.
Carl Jung, miles de años después, profundizó en cuáles son las etapas que debemos afrontar, en el proceso de individuación, con el “viaje del héroe”, la aceptación de nuestra sombra y los arquetipos.
Después de él, dos grandes periodistas y filósofos modernos contribuyeron a la comprensión de la vida como una obra de teatro. Susan Sontag, escritora estadounidense, planteó en sus Notas sobre lo Camp que:
“Camp lo ve todo entre comillas. No es una lámpara, sino una “lámpara”; no es una mujer, sino una “mujer”. Percibir lo Camp en los objetos y las personas es entender el Ser-como-Jugar-un-Papel. Es la extensión más lejana, en sensibilidad, de la metáfora de la vida como teatro”.
Albert Camus, novelista franco-argelino y Premio Nobel de Literatura, con sus ensayos y obras de teatro, nos invitó a experimentar nuestra existencia desde la interpretación de un personaje, aceptando el absurdo que surge de los fallos y malentendidos del proceso de comunicación.
Tiempo después, la Gamificación nos invita a interpretar la vida como si fuera un juego. Hoy en día, este concepto está integrado en los centros educativos y de formación, en el mundo laboral, en las redes sociales y en las ciudades inteligentes.
¿Por qué incorporar estas lógicas? Porque el juego sería la base de la consolidación de la cultura. A través del ensayo y el error, así como gracias a la relación lúdica madre-hijo —esencial en el desarrollo de la primera infancia— somos capaces de relacionarnos a nivel social.
Esto se analiza en profundidad en el libro Amor y juego: Fundamentos olvidados de lo humano, del doctor en Biología Humberto Maturana y la psicóloga alemana Gerda Verden-Zöller. Ideas que, en el mundo hiperdigital de hoy, han cobrado gran relevancia.
En cuanto a los videojuegos, el informe Global Games Market Report, publicado en julio de 2022 por Newzoo (versión gratuita), afirma que los beneficios de esta industria seguirán aumentando con el paso de los años.
El informe detalla que América Latina, Asia-Pacífico, Oriente Medio y África serán las regiones que impulsarán gran parte del crecimiento de los jugadores en los próximos años.
¿Es el metaverso un “juego”?
El metaverso se asocia a menudo con la realidad virtual, y puede englobar varios tipos de experiencias digitales inmersivas, incluidos los videojuegos. Este concepto, que se ha explorado en la ciencia ficción, ha cobrado un interés más general a medida que ha avanzado la tecnología.
En estos mundos virtuales, centralizados o descentralizados, las personas tienen la posibilidad de interactuar entre sí en tiempo real. Pueden incluir elementos de juego, pero no se limitan a ellos, ya que permiten incorporar otros tipos de experiencias virtuales, como educativas, laborales y de salud.
El desarrollo del Metaverso también ha recibido críticas. Una de ellas proviene de Phil Spencer, director general de Microsoft Gaming, quien comentó que parece un juego mal construido.
Más allá de sus características técnicas, estos mundos virtuales permitirán a las personas participar en un nuevo campo de juego. Podrán crear estrategias para eludir la dominación en el campo social digital. Con características gamificadas, los individuos e instituciones establecerán en los metaversos nuevas lógicas de juego para definir la relación de dominados y dominadores que ya vemos en la realidad “away from keyboard”.
Aquí, las meta-mercancías proporcionarán a los usuarios diferentes formas de adquirir capital simbólico. Por ejemplo, un NFT podría permitir la entrada a secciones especiales y proporcionar diferentes definiciones de estatus.
Vitalik Buterin y cómo le influyó World of Warcraft
En su perfil de CypherHunter, Vitalik Buterin, uno de los cofundadores de Ethereum, comparte cómo World of Warcraft (WoW), un videojuego de rol multijugador masivo en línea (MMORPG), influyó en su filosofía:
“Jugué felizmente a World of Warcraft durante 2007-2010, pero un día Blizzard eliminó el componente de daño del hechizo Sifón de vida de mi querido brujo. Lloré hasta quedarme dormido, y ese día me di cuenta de los horrores que pueden traer los servicios centralizados.”
Un año después, Vitalik conocería Bitcoin (BTC), criptodivisa que sigue representando una de las visiones más descentralizadas del ecosistema, para después crear Ethereum junto a otros referentes, como Gavin Wood, fundador de Polkadot, y Charles Hoskinson, fundador de Cardano.
Esta blockchain, en la que los contratos inteligentes y los tokens no fungibles (NFT) seguirán evolucionando en el futuro, ha permitido combinar las finanzas personales con los videojuegos. Lo que, al mismo tiempo, ha transferido la soberanía de los activos digitales a los usuarios.
Para Martin Sangiacomo, consultor Web3 en Mushroom Protocol, los próximos años serán cruciales.
“Proyectando el futuro, resulta intrigante reflexionar sobre el impacto potencial cuando surjan videojuegos innovadores basados en Web3, con gráficos excepcionales y experiencias muy atractivas. Parece sólo cuestión de tiempo. Estamos ante un panorama fascinante en el que la tecnología Web3 y las NFT transformarán nuestra forma de disfrutar de los videojuegos.”
Mushroom Protocol está en camino de gamificar el desarrollo y la aplicación de la biotecnología. En un futuro, espera otorgar medallas a los usuarios que participen en diferentes áreas de la biotecnología como minería, salud o greentech.
También está trabajando con IsoVerse para desarrollar diferentes actividades en el metaverso, como charlas científicas, exposiciones de arte y búsquedas del tesoro”. Sangiacomo comenta:
“La evolución tecnológica y la mayor conciencia de sus beneficios acabarán allanando el camino para una sociedad inmersa masivamente en metaversos, similar a la masificación de las redes sociales en los albores del siglo XXI”.
El asesor concluye que en los metaversos descentralizados, la propiedad digital adquiere un valor intrínseco y surgen como el siguiente paso evolutivo.
