El 13 de mayo de 2022, los titulares de los medios lanzaban una noticia que paralizaba al mundo de las criptomonedas. Terra y Luna, las criptomonedas nativas del ecosistema Terraforms Plataforms colapsaban.
Luna, que tenía un valor de USD 112 en cuestión de días cayó en picada, para terminar con un precio de USD 0,09. Esta caída de Luna arrastró a su moneda hermana Terra, generando pérdidas de 40.000 millones de dólares, una cifra mayor al PIB de países como Bolivia o El Salvador.
“Estoy desconsolado por el dolor que mi invento les ha producido a todos”
tuiteó Do Kwon, CEO y fundador de Terra, luego de que estallara el escándalo.
Desde antes del colapso, los especialistas ya advertían de la caída de este ecosistema, producto del algoritmo que sustentaba la tecnología. Que consistía en una relación dependiente entre sus dos criptomonedas, era simple, cuando se compraban tokens de Terra, la moneda estable; automáticamente se quemaban unidades de Luna para controlar la oferta y demanda.
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Esta caída fue como un baldado de agua fría para el mercado, en ese momento, Terra era uno de los proyectos más grandes y exitosas compañías como Binance o Galaxy digital daban el visto bueno al desarrollo y le brindaban su respaldo.
Como un efecto domino. Terra tuvo efectos directos en toda la industria, generando un colapso de proporciones mayores a lo esperado. Hasta Bitcoin, el rey de las cripto se vio golpeado por su caída.
Durante los días posteriores al colapso, la criptomoneda presento un desplome en su valor, perdiendo un aproximado de 2.000 dólares, para pasar de los 30.000 a los 28.000 dólares.
El inicio del criptoinvierno
Con esta caída, inmediatamente se dio un crash. Miles de inversores temían lo peor y fueron a refugiarse en activos más seguros, con un mayor respaldo y que les ofrecían mayores garantías, durante las jornadas siguientes miles y miles de unidades de diferentes cripto empezaron a circular, lo que provocó una caída de precios generalizada. Algunos, hasta aseguraron que este era el “Leman Brothers de las criptomonedas”, Ismael Santiago, profesor de Finanzas de la Universidad de Sevilla para la BBC.
Además, el desplome de Terra también puso en duda la confiabilidad de las monedas estables. Tether, la principal ‘stablecoin’ del mercado en esos momentos perdió su paridad con el dólar, algo que duraría por un par de meses.
Por su parte Ethereum, que tenía un valor de 2.196 dólares presentaba mínimos por debajo de los 2.000
Por esta cadena de sucesos infortunados es que a Luna se le adjudica como uno de los principales responsables del comienzo de este criptoinverno. Que es un periodo de tiempo caótico, donde el mercado sostiene una tendencia bajista y en donde las condiciones macro son inciertas y muy hostiles.
Dado que, a partir desde este momento, se haría cada vez más difícil las condiciones del mercado, durante este camino múltiples compañías han colapsado y otras tantas han tenido que adaptarse a este nuevo contexto. Como Coinbase, que despidió el 18% de sus empleados para sostenerse durante las crisis.
Un resurgimiento problemático
Sin embargo, este colapso no sería el final de la historia Terra. Semanas después de su caída se realizo una encuesta para dar inicio a su resurgimiento, un nuevo ecosistema que no se desprendía de la antigua red. El 91% de los usuarios y validadores votó a favor del renacimiento de la cadena de bloques, con el nombre de Terra 2.0.
Pero cabe recalcar que la antigua red de TERRA paso a llamarse Terra Classic y siguió funcionando a la par con su nueva hermana.
Aunque este renacer no sería sinónimo de un nuevo camino o oportunidad, los problemas continuaron, muchos usuarios en las redes denunciaron a la compañía porque al parecer no le fueron entregado la cantidad de Luna que se les habían prometido anteriormente para el lanzamiento.
“Somos conscientes de que algunos han recibido menos LUNA de lo esperado y estamos trabajando activamente en una solución. Se proporcionará más información cuando hayamos reunido todos los datos, así que permanezcan atentos”, enfatizaron los desarrolladores
Investigaciones y acusaciones
En medio de todo esto, durante estos meses la compañía también ha estado vigilada bajo lupa por los fiscales surcoreanos. Que llamaron a audiencia a los fundadores, Daniel Shin y Do Kwon.
El director ejecutivo de Terra Do Kwo fue llamado a comparecer, a través de una audiencia pública, por Yun Chang – Hyun del partido del Poder Popular de Corea del Sur. Principalmente, este llamado se hizo por el comportamiento irregular que presentaron los Exchanges días antes de la caída, bolsas como Korbit o Gopax dejaron de operar con la moneda entre el 10 y 11 de mayo, lo que dejo abierto una serie de dudas sobre quien estaba detrás de todo esto.
“Hay una parte que plantea dudas sobre el comportamiento de los exchanges durante la caída”. “Coinone, Korbit y Gopax dejaron de operar el 10 de mayo, Bithumb el 11 de mayo dejó de operar diariamente, pero Upbit no dejó de operar hasta el 13 de mayo”. Puntualiza Yun Chang
Estas investigaciones siguieron desarrollándose y destaparon aún más polémicas alrededor del desplome del ecosistema. Un informe de CoinkDesk Corea, apuntaba que TerraLabs podría tener bajo su poder casi 3.600 millones de dólares en USDT (Tether) y UST (TerraClassic) que fueron utilizados por la compañía para manipular el precio de las cripto en la bolsa, DeFi y lavado de activos.
Do Kwon ya había hablado sobre su participación con los activos de LUNA (Terra), UST (TERRA USD) Y BTC (Bitcoin) y que estos serían usados como un revulsivo en tiempos crisis para proteger el precio de los activos UST, como sucedió durante el colapso.
No obstante, empresas de seguridad Blockchain como Uppsala Security y Coindesk Corea estuvieron rastreando la cadena de bloques para determinar y esclarecer los hechos de la caída del ecosistema, y como resultado pudieron encontrar que en estas cadenas se encontraban grandes sumas de dinero con fuentes e información desconocida hasta el momento.
Pudieron identificar el monedero que desencadenó la caída de Terra/LUNA. La dirección de este monedero es 0x8d47f08ebc5554504742f547eb721a43d4947d0a.
Sumado a esto, el informe descubrió que este dinero fue utilizado para manipular los mercados y lavar el dinero que sería utilizado para la construcción del nuevo protocolo de TERRA, que se llamaría Terra 2.0.
Verificaron que habían transferido USDT, USDC y UST por un valor de 7.400 millones de dólares a dos carteras de Binance. Los datos de la cadena ayudaron a determinar que se trataba de una cartera propiedad de la compañía.
Además, encontraron que el 6 de mayo, un día antes del colapso, depositaron 300 millones de USDT en la cartera LFG, propiedad de la compañía y que se mezcló en una cartera en Binance, con el fin de dificultar su rastreo.
El último gran capítulo de estas investigaciones fue el allanamiento de la casa de Daniel Shin cofundador de Terra. Según un informe oficial compartido por las autoridades, este allanamiento se llevó a cabo el pasado 20 de julio. Además de la residencia de Shin, también fueron allanadas otras 15 propiedades que poseen relación con las investigaciones. Toda la redada fue realizada por el Equipo Conjunto de Investigación de Delitos Financieros de los fiscales de Seúl.
¿Una nueva esperanza?
En los últimos días, Terra ha vuelto a ser tendencia y a estar en boca de todos, por el drásticoco aumento de su criptomoneda LUNC o Luna Classic, de la red Terra Classic. Principalmente, este aumento se debe al anuncio de la nueva quema de cripto que implementará el ecosistema. Mediante este, se busca disminuir la oferta de la moneda.
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